La administración Trump anunció este fin de semana la exclusión de teléfonos inteligentes, computadoras, chips y otros dispositivos tecnológicos clave de los aranceles recientemente establecidos a productos provenientes de China, según una nueva guía de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP). Esta decisión representa un giro importante respecto a la imposición previa de aranceles del 145%, que amenazaban con impactar significativamente a gigantes tecnológicos como Apple, cuyas operaciones manufactureras dependen en gran medida de China. La Casa Blanca justificó estas exenciones como un “margen de tiempo necesario” para que las empresas trasladen su producción a Estados Unidos, en línea con su objetivo de reducir la dependencia tecnológica del gigante asiático.

Desde una perspectiva de inversión, esta medida reduce de forma significativa el riesgo regulatorio inmediato sobre el sector tecnológico, especialmente para compañías con exposición directa a la cadena de suministro china. La exclusión de componentes críticos como semiconductores y smartphones brinda alivio al mercado y permite sostener valuaciones que habían comenzado a descontar escenarios más agresivos en términos comerciales. A corto plazo, esto podría traducirse en una revalorización de acciones del sector tech, y en una rotación táctica hacia empresas con fuerte presencia en hardware y semiconductores. Mantenemos una visión constructiva sobre el sector, aunque atentos a la evolución de las tensiones comerciales y la capacidad real de las compañías para relocalizar su producción.

La inflación en EEUU sorprendió a la baja en marzo, con una tasa general del 2,4% interanual y una inflación subyacente (excluyendo alimentos y energía) del 2,8%, su nivel más bajo en 4 años, según datos de la Oficina de Estadísticas Laborales. El índice general cayó un 0,1% mensual, impulsado principalmente por una fuerte caída en los precios de la gasolina (-6,3%) y una leve moderación en componentes clave como vivienda y transporte.

Desde nuestra visión, esta desaceleración en la inflación aporta algo de alivio al mercado y refuerza la expectativa de que la Reserva Federal podría mantener una postura dovish en el corto plazo, a pesar de la presión política para reducir las tasas. Sin embargo, el panorama sigue siendo mixto: si bien la inflación cede, las tensiones comerciales podrían reactivar presiones inflacionarias hacia la segunda mitad del año.

En este contexto, seguimos recomendando un enfoque prudente, priorizando activos defensivos y duration corta en renta fija, mientras se resuelven las decisiones de política monetaria y los efectos residuales de los aranceles sobre la economía real.

Según un reciente informe de CNBC, los inversionistas minoristas están aumentando agresivamente su exposición a los mercados bursátiles, incluso en un entorno caracterizado por alta volatilidad, mensajes mixtos de la Reserva Federal y crecientes riesgos geopolíticos. Datos de Vanda Research muestran flujos consistentes de compra por parte del público retail hacia nombres tecnológicos populares y ETFs de alto crecimiento, a pesar de las correcciones recientes y el aparente desacoplamiento entre la macroeconomía y el comportamiento del mercado.

Este renovado flujo de capital minorista destaca un cambio en la dinámica del mercado, donde los inversionistas individuales están desempeñando un papel más activo, muchas veces en contraposición a los flujos institucionales más defensivos. El fenómeno plantea interrogantes sobre la sostenibilidad de los repuntes recientes y el rol del sentimiento en un entorno macroeconómico aún incierto.

El martes se dará a conocer el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del primer trimestre en China. Este indicador mide la variación anualizada del valor ajustado por inflación de todos los bienes y servicios producidos en la economía, y es la métrica más amplia de la actividad económica.

El mercado espera una expansión del 5,2%. Un dato en línea o superior a las expectativas reforzaría la percepción de que China mantiene un ritmo de recuperación saludable, impulsado por medidas de estímulo interno. Por el contrario, una cifra por debajo de lo previsto podría generar preocupación sobre la sostenibilidad del crecimiento y provocar ajustes en los activos de mercados emergentes y materias primas.

El miércoles se publicarán las Ventas Minoristas en Estados Unidos, un indicador clave del consumo interno, que representa la mayor parte del PIB del país. Esta cifra mide la variación en el valor total de las ventas a nivel minorista y es un termómetro directo del comportamiento del consumidor.

Un resultado robusto respaldará la narrativa de una desaceleración controlada de la economía (soft landing) y podría dar soporte a los activos de riesgo. En cambio, un dato débil podría aumentar la incertidumbre respecto a las próximas decisiones de política monetaria de la Reserva Federal.

Recordamos que el día viernes los mercados financieros permanecerán cerrados a nivel mundial por la celebración de Pascuas.

Nuestro análisis semanal del mercado - 07/04/25